Introducción: Especie de procedencia africana con costumbres más agrestes que la golondrina común. Se ha expandido con gran éxito por la Península Ibérica a lo largo del siglo XX y está bien asentada en el suroeste peninsular. Su nido, en forma de iglú invertido y con entrada a modo de túnel, es bastante característico. La podremos observar en el Parque Olivar del Zaudín de paso para alimentarse y abastecerse de agua en la época estival, cuando se encuentra en nuestro territorio.

Descripción: De apariencia similar a la golondrina común, la dáurica exhibe por toda la parte de arriba un color negro-azulado metálico y por la de abajo, incluyendo vientre, garganta y pecho, un color blanco sucio con flancos anaranjados y algunas rayas tenues. Los rasgos más característicos de la especie son la nuca y la cara anaranjadas, al igual que el obispillo (protuberancia al final de la columna vertebral de la cual salen las plumas de la cola). Esta distribución de colores hace que en la parte superior del cráneo quede aislada una zona negra-azulada bastante curiosa. Las alas son largas y apuntadas con tonos naranjas en la parte inferior delantera. Posee una cola muy larga y muy ahorquillada de color negro uniforme, tanto por arriba como por abajo.

Desplazamiento: Las aves españolas invernan en África. Las primeras regresan a nuestro país en Abril, con la llegada masiva unas semanas después. Abandonan los nidos en Agosto-Septiembre y se reúnen en pequeños grupos premigratorios. El paso a través del Estrecho ocurre sobre todo en la segunda mitad de Septiembre y la primera de Octubre, con citas también en Noviembre. Un pequeñísimo número de ejemplares podría invernar de modo irregular.

Curiosidades: La golondrina dáurica se parece en sus actitudes y vuelo más al avión común que a la golondrina común. El nido tiene un túnel de entrada. Cazan los insectos al vuelo realizando grandes acrobacias y lo hacen normalmente volando en solitario aunque también lo hacen en grupo e incluso mezcladas con otro tipo de golondrinas. Es muy beneficiosa para el hombre, al igual que la golondrina común, por el control de plagas naturales, al alimentarse de insectos que captura fundamentalmente en el aire. Es por ello que si respetamos los nidos de las golondrinas en el entorno urbano y sus inmediaciones, agradeceremos el trabajo que harán durante la primavera y verano eliminando insectos alados tan molestos en esta época como los mosquitos y las moscas.