Introducción: El verderón común es un ave pequeña que destaca, como su propio nombre indica, por su coloración verde esmeralda y un pico robusto. Prospera en todo tipo de formaciones arboladas, incluido zonas humanizadas como los parques urbanos. Podremos observarlo con mayor probabilidad en el Parque Olivar del Zaudín en la zona más pegada a las urbanizaciones, donde se acercan los ejemplares que viven en el propio parque y en los del pueblo para beber y refrescarse del arroyo.

Descripción: El verderón común es un ave pequeña que destaca, como su propio nombre indica, por su coloración verde esmeralda y un pico robusto. Podría describirse como un “gorrión verde”. Tiene llamativas manchas amarillas en el hombro, en las plumas remeras de las alas y en los laterales de la cola. También presentan un tono negruzco en la cola y en el final de las plumas primarias y secundarias de las alas. A veces muestran un color verde-grisáceo sobre todo en las mejillas y en la parte superior de las alas. Las hembras presentan colores más discretos que los machos, pero ambos son muy parecidos. Los jóvenes resultan algo distintos, pues al salir del nido tienen plumaje moteado en las partes inferiores, y el verde de su manto y cabeza es mucho más apagado que el de los adultos.

Desplazamiento: Es una especie migradora parcial. Las poblaciones europeas más norteñas y meridionales se desplazan hacia el sur tras el periodo reproductor. A la Península llegan, durante el invierno, efectivos procedentes de todos estos países (Bélgica, Alemania, Inglaterra, Holanda, Suiza, etc). A su vez, en el territorio ibérico hay poblaciones sedentarias y migradoras. Unas se quedan, y otras, junto con ejemplares extraibéricos, cruzan a África durante los meses de octubre y noviembre, y regresan entre febrero y abril. También se registran movimientos altitudinales. Con la llegada del frío y la consiguiente escasez de alimento, los verderones se concentran en cotas bajas y territorios cálidos.

Curiosidades: También se le denomina aceitunero, alverderón o cabezón. Suele construir sus nidos especialmente en frutales y cipreses, por lo que se considera que donde haya este tipo de árboles habrá verderones comunes. Esta especie sigue siendo víctima de la caza ilegal y de la autorizada debido a su canto.